domingo, 8 de julio de 2018

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De la Ideología Social a la Estructura de Modernización y Movimiento Obrero


     Las nuevas circunstancias económicas y sociales del capitalismo fueron aquellas que propiciaron el nacimiento de ideologías y movimientos protagonizados por la clase obrera y trabajadora.

Resultado de imagen para socialismo A lo largo del siglo XIX se fueron generando reflexiones intelectuales que ponían en evidencia y criticaban las contradicciones del proceso de industrialización y las injusticias generadas por el capitalismo. Luego de esto fueron surgieron iniciativas reivindicando la igualdad y la solidaridad, dichas ideas se englobaron bajo el amplio titulo de "Socialismo", en el cual pueden evidenciarse 2 amplias corrientes:

El socialismo utópico : El término socialismo utópico fue acuñado en 1839 por Louis Blanqui, aunque alcanzó notoriedad tras el empleo que de él hicieron Marx y Engels en su "Manifiesto Comunista". Éstos consideraban que los pensadores utópicos, aunque bienintencionados, pecaban de ideanarquismongenuidad.

El socialismo científico: Partiendo del estudio histórico sobre la transición de unas sociedades a otras, Carlos Marx y su colaborador y amigo Federico Engels realizaron un análisis de la sociedad capitalista, indagando en sus contradicciones y planteando los medios para su destrucción.

El marxismo se alejaba de los postulados teóricos, reformistas, idealistas y supuestamente irrealizables del socialismo utópico. La Revolución de 1848 constituyó un momento clave en el desarrollo de esta nueva corriente socialista pues, una vez frustrada, el marxismo reemplazó al socialismo utópico como corriente ideológica obrerista dominante, erigiéndose en motor y referente de buena parte de los movimientos revolucionarios de la segunda mitad del siglo XIX y XX. Fue precisamente en 1848 cuando se publicó el "Manifiesto comunista”, la obra más conocida del marxismo.

Las ideas marxistas no conforman un bloque unitario, pues los escritos de Marx han ido completándose con el tiempo y han sido objeto de notables revisiones. El socialismo científico o marxismo presenta influencias de corrientes anteriores, destacando las que proceden de la filosofía alemana hegeliana (materialismo dialéctico), la del ideario de revolucionarios como Babeuf y la de activistas obreros como Blanqui.

Resultado de imagen para anarquismo El anarquismo: El término anarquismo es de origen griego y significa “sin autoridad ni poder”. Esta ideología, junto con el marxismo, constituye una de las corrientes del “socialismo”. Ambas, anarquismo y marxismo, coinciden en la crítica al capitalismo y en la necesidad de su eliminación, pero difieren radicalmente en cuanto a los métodos para conseguirlo. De hecho, a lo largo del siglo XIX ambos pensamientos se fueron alejando progresivamente, hasta convertirse en irreconciliables antagonistas.

El anarquismo estuvo muy influido por la idea roussoniana de que el individuo es bueno por naturaleza y es la sociedad (o el Estado y sus instituciones) quien destruye su felicidad. Alcanzó su máxima influencia en el seno de sociedades escasamente industrializadas España, Italia y Rusia, en tanto que en países más avanzados tuvo mayor peso el marxismo. En España el anarcosindicalismo se materializó en la creación de organizaciones como la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) que jugaron un importante papel en el primer tercio del siglo XX.


Movimiento obrero Italiano.

La denominación “modelo obrero italiano” se refiere a un con-junto de prácticas y análisis que a partir de los años 60 del siglo XX cambiaron profundamente los enfoques tradicionales de la salud y seguridad laboral. Surgido desde movilizaciones en grandes fábricas, dicha experiencia permitió también un cuestionamiento de todas las disciplinas especializadas en salud y seguridad del trabajo. Si el mundo del trabajo ha cambiado de modo significativo, algunos elementos esenciales del modelo obrero italiano siguen dando respuestas válidas a los problemas actuales de salud y seguridad. Un balance crítico ayuda también a identificar aspectos soslayados o limitaciones.


El modelo obrero italiano refiere a una serie de prácticas de lucha a favor de la salud en el trabajo llevadas a cabo en Italia desde principios de los años 60, y que se extendieron a una escala extraordinaria a lo largo de los años 70. Aunque su denominación refiere a un país específico, también se han desarrollado experiencias comparables fuera de Italia, en un contexto general idéntico marcado por una renovación de la lucha obrera en materia de condiciones de trabajo. En determinadas situaciones la influencia directa del movimiento italiano queda ampliamente demostrada. Es el caso, por ejemplo, en Francia con la lucha de los trabajadores inmigrantes en dos filiales del grupo Peñarroya en 1971 y 1972 donde, a través del colectivo militante Cahiers de mai pudieron utilizarse metodologías de intervención elaboradas en Italia. Asimismo, en Argentina vemos la influencia directa del modelo italiano en la lucha del astillero naval Astarsa al norte de Buenos Aires durante la cual una nueva generación de obreros militantes se enfrentaron tanto a la patronal, como a la burocracia sindical peronista. En Brasil, la influencia de las experiencias italianas ha jugado un papel importante a finales de los años setenta, en un contexto político en el cual organizaciones sindicales salen progresivamente de la clandestinidad y juegan un papel importante en las luchas contra la dictadura.

El modelo obrero italiano aportó un marco conceptual cuyo alcance sigue siendo esencial para la lucha actual a favor de la salud en el trabajo. Por consiguiente, conviene prestar atención a los distintos límites surgidos desde los años 60-70 así como a los rebosamientos indispensables debidos a los cambios que se han producido en el mundo laboral. No se trata de repetir nostálgicamente lo que pasó sino más bien de reflexionar sobre la radicalidad de esta experiencia y las posibilidades de reactivarla en condiciones significativamente diferentes.


Sistema de Relaciones de trabajo

El término relaciones laborales (también se utiliza relaciones industriales), hace referencia al sistema en el que las empresas, los trabajadores y sus representantes y, directa o indirectamente, la Administración, interactúan con el fin de establecer las normas básicas que rigen las relaciones de trabajo. Asimismo, alude al campo de estudio dedicado al análisis de dichas relaciones. Su aparición es consecuencia de la revolución industrial, cuyos excesos dieron lugar a la creación de los sindicatos como medio de representación de los trabajadores y al desarrollo de las relaciones laborales colectivas. Un sistema de relaciones laborales o industriales refleja la interacción entre los principales actores que lo componen: el Estado, la empresa (empresas o asociaciones de empresas), los sindicatos y los trabajadores (que pueden participaro no en los sindicatos y otras entidades encargadas de su representación). Los términos “relaciones laborales” y “relaciones industriales” se emplean asimismo en relación con diversas formas de participación de los trabajadores; además, pueden referirse a las relaciones de empleo específicas establecidas entre una empresa y un trabajador en virtud de un contrato de trabajo escrito o implícito, si bien éstas suelen denominarse “relaciones de empleo”. La variación en la utilización de los términos es considerable, lo que refleja en parte la evolución de este campo de estudio en el tiempo y en el espacio. No obstante, existe un acuerdo generalizado respecto a la consideración en el mismo de la negociación colectiva, las diversas formas de participación de los trabajadores (como los comités de empresa, y los comités conjuntos de salud y seguridad) y los mecanismos de resolución de conflictos colectivos e individuales. La amplia gama de sistemas de relaciones laborales existentes en el mundo ha dado lugar a la necesidad de matizar los estudios comparativos y de la identificación de tipos debida a las limitaciones del exceso de generalización y las analogías erróneas. Tradicionalmente, se han descrito cuatro tipos diferenciados de gestión del lugar de trabajo: dictatorial, paternalista, institucional y participativo. En este capítulo se analizan fundamentalmente los dos últimos.
Resultado de imagen para relaciones de trabajo En un sistema de relaciones laborales se ponen en juego simultáneamente intereses públicos y privados. El Estado también participa y su papel puede ser pasivo o activo según el país en cuestión. El carácter de las relaciones entre los trabajadores organizados, las empresas y la Administración en lo que respecta a la salud y la seguridad es indicativo de la situación general de las relaciones laborales en un país o en un sector y viceversa. Los sistemas de relaciones laborales poco desarrollados suelen ser autoritarios y sus normas son dictadas por las empresas sin que el trabajador participe directa o indirectamente, salvo en lo que se refiere a la aceptación del empleo en las condiciones ofrecidas.

Así mismo, en estos sistemas se incorporan valores sociales (por ejemplo :libertad de asociación, sentido de la solidaridad de grupo, búsqueda de la optimización de beneficios) y técnicas (por ejemplo: métodos de negociación, organización del trabajo, consulta y resolución de conflictos). Históricamente, los sistemas de relaciones laborales se han clasificado de acuerdo con categorías nacionales, pero la validez de este procedimiento es cada vez

Las formas más recientes de representación y participación de los trabajadores crean una nueva orientación en la situación de las relaciones laborales en varios países. Un sistema de relaciones laborales establece las normas básicas formales e informales que determinan la naturaleza de las relaciones industriales colectivas, así como el marco de las relaciones de empleo individuales entre el trabajador y su empresa, aun así, la situación en el lado de la gestión se complica por la intervención de actores como las agencias de trabajo temporal y los contratistas de mano de obra y puestos de trabajo, que pueden tener responsabilidades respecto a los trabajadores sin tener el control del entorno físico en el que éstos desarrollan su actividad, ni la oportunidad de impartir formación sobre seguridad. Por otra parte, los trabajadores de los sectores público y privado se rigen por legislaciones específicas en la mayoría de los países, por lo que los derechos y las medidas de protección en cada sector suelen diferir significativamente. Además, el sector privado está influido por las fuerzas de la competencia internacional, que no afectan directamente a las relaciones laborales en el sector público. Por último, la ideología neoliberal, que favorece la celebración de contratos de trabajo individualizados en detrimento de los acuerdos basados en la negociación colectiva, representa una amenaza adicional para los sistemas de relaciones laborales tradicionales. Estos se desarrollaron como resultado de la aparición de la representación colectiva de los trabajadores, debida a la experiencia acumulada de que el poder individual de un trabajador es débil comparado con el de la empresa.
Resultado de imagen para seguridad y salud en el trabajo El abandono de toda forma de representación colectiva podría dar lugar a una vuelta al concepto propio del siglo XIX según el cual, la aceptación de un trabajo peligroso se consideraba en gran medida como una cuestión de libre elección personal. La globalización de la economía, el ritmo acelerado de cambio tecnológico y la consiguiente llamada a favor de una mayor flexibilidad por parte de las instituciones implicadas en las relaciones industriales plantean nuevos retos para su supervivencia y prosperidad. En función de las tradiciones y las instituciones existentes, las partes que intervienen en un sistema de relaciones laborales pueden reaccionar de modo diferente a las mismas presiones: por ejemplo, los directivos pueden optar por una estrategia basada en los costes o bien, otra relacionada con el valor añadido, al enfrentarse a un aumento de la competencia (Locke, Kochan y Piore, 1995). Sin lugar a duda, la medida en la que la participación de los trabajadores y la negociación colectiva constituyan elementos ordinarios de los sistemas de relaciones laborales repercutirá en el modo en que el personal directivo aborda los problemas de salud y seguridad. Por otra parte, hay una constante: la dependencia económica del trabajador respecto a la empresa sigue siendo el factor que subyace a su relación y tiene consecuencias importantes en lo que se refiere a la salud y la seguridad. Se considera que la empresa tiene el deber general de ofrecer un lugar de trabajo seguro y saludable y de formar y equipar a los trabajadores para que lleven a cabo su labor sin riesgos. El trabajador tiene el deber recíproco de seguir las instrucciones de salud y seguridad y evitar dañarse a sí mismo o a los demás en el trabajo.
El incumplimiento de estas u otras obligaciones puede generar conflictos que dependen del sistema de relaciones laborales para su resolución. Entre los mecanismos que facilitan ésta figuran las normas que rigen no sólo las interrupciones de la actividad (huelgas, en general, de celo o de trabajo lento) y los cierres patronales, sino también la disciplina y el despido de los trabajadores. Además, en muchos países se exige a las empresas que participen en diversas instituciones relacionadas con la salud y la seguridad, realicen un control de estas condiciones, informen de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales e, indirectamente, indemnicen a los trabajadores que los padecen.



Comportamiento político de la clase obrera

El movimiento obrero frecuentemente practica la política de conciliación de las clases sociales. Por lo tanto, se puede afirmar que existe una vinculación entre dicho movimiento, la sociedad, y los partidos políticos, los cuales deben estar subordinados a los intereses de la clase obrera, ahora llamada clase trabajadora, en ese sentido esta expresión generaliza, las condiciones de trabajo hacia todas aquéllas personas que pueden ser fuente de producción. Sin embargo el entendimiento entre las diferentes clase sociales nos va a beneficiar porque se podrá mejorar cada día mas en pro de las mejoras valga la redundancia que realmente contribuyan al desarrollo económico y social de nuestra Venezuela si dejar de lado los requerimientos existente en el ámbito social.

El movimiento obrero en Venezuela viene a ser el eje impulsador del desarrollo económico y social de nuestro país. Es por hender que la clase obrera es un factor importante en la producción nacional.

En este sentido y gracias a las transformaciones que sufrió nuestro país desde su liberación independentista, la república desde sus comienzos paso por muchas etapas que marcaron con hechos la profundización de su evolución tanto económica como social.

A finales del siglo XIX se forman los primeros gremios y sindicatos, en cuanto a la formación de la burguesía ya en 1893, se funda la primera cámara de comercio, en 1896 se realiza el primer congreso obrero. Cabe destacar que la clase obrera en Venezuela tuvo que pasar por muchas situaciones encontradas para poder obtener sus logros, en 1911 se realiza la primera huelga en la fábrica de cigarrillo en valencia, en 1914 se produce otra huelga por telegrafista por la reducción del sueldo a los empleados públicos, en 1918 la huelga fue en el ferrocarril de bolívar.

No obstante debido a la necesidad de darle a la clase obrera un sentido y una estructura, surgen los primeros grupos a favor de luchar por las mejoras de las condiciones laborales y los beneficios contractuales de la clase obrera, es por ello que nacen los gremios y organizaciones sindicales.

El Derecho De Asociación Sindical La Ley del Trabajo en su artículo 400 establece: tanto los trabajadores como los patronos tienen el derecho de asociarse libremente en sindicatos y estos, a su vez, el de constituir, federaciones y confederaciones.La ley del trabajo en su artículo 401 establece: Nadie podrá ser obligado ni constreñido directa o indirectamente a formar parte o no de un sindicato.Los sindicatos tienen derecho a redactar sus propios estatutos y reglamentos y a elegir libremente a los integrantes de su junta directiva; a programar y organizar su administración y a establecer pautas para realizar su acción sindical.Los estatutos de los sindicatos determinarán el ámbito local regional o nacional de sus actividades.

Origen y panorama de las organizaciones sindicales

El movimiento obrero empezó en Venezuela en 1936, tras la muerte de Juan Vicente Gómez y el advenimiento de la democracia. Un año después, en el gobierno de López Contreras, las formas asociativas e intentos gremiales que lograron sobrevivir en medio de la persecución de la dictadura, se reúnen en un primer Congreso de Trabajadores de Venezuela. Tras la Revolución de Octubre, en 1945, sale del mando Medina Angarita y asume el Poder AD, lo que fortaleció las organizaciones que controlaba este partido, superando así las dominadas por los comunistas (CUTV).La participación de los sindicatos se empezaba a hacer manifiesta en ese entonces. Tanto, que se hablaba de "sindicatos blancos, rojos y negros» en alusión a los colores electorales de algunas agrupaciones políticas.En la segunda mitad del siglo, Pérez Jiménez toma el poder y tres meses después dicta un decreto que disuelve a la CTV y sus federaciones. Aparecen desde el poder persecuciones de diversa índole. La tortura, el exilio y la clandestinidad se convierten en sinónimos en una constante del movimiento sindical. Sólo las organizaciones más fuertes sobreviven, entre ellas, algunos sindicatos nacidos bajo los auspicios de la Fraternal Unión de Dirigentes de Acción Social Católica y del Círculo Obrero de Caracas, promovidos por el padre Manuel Aguirre Elorriaga, El deseo de acabar con la represión dictatorial propició un sentido de unidad, que lleva a la formación del Comité Obrero de la Junta Patriótica, que jugó un importante papel en la convocatoria a huelga general de tres días, hecho que culminó con la caída de Pérez Jiménez. Con la vuelta al sistema democrático, la adscripción de dirigentes sindicales a partidos políticos entorpeció su autonomía en el proceso de toma de decisiones. La lealtad al partido y el interés propio privaron en numerosas ocasiones sobre las necesidades reales de los trabajadores. De esta forma, los "sindical eros" comienzan a perder credibilidad y, en la misma proporción, a ganar el rechazo de la opinión pública nacional.



     

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